53 Gran Concurso de Automóviles Antiguos Ciudad de Santa Cruz de Tenerife
Desde 1970, en la piñata del Carnaval Chicharrero no puede faltar la exhibición y paseo de los tradicionales coches antiguos, joyas de la historia de la automoción que nos trasladan a un viaje al pasado con el sonido de sus motores, coloridas carrocerías y el cuidado detalle de los trajes de época de sus ocupantes, anunciando el postrero día que dice adiós a estas fiestas consideradas de interés turístico internacional, pero con la perspectiva y confianza de una próxima edición para el siguiente año.
Organizado por el Club de Automóviles Antiguos de Tenerife, 27 viejas glorias venidas de diversos sitios de la Isla -todas ellas matriculadas antes de 1939-, se dieron cita desde las 10 de la mañana el pasado 18 de febrero, en el emblemático parque García Sanabria, llenando de glamour un estupendo domingo donde máquinas y personajes nos transportaron a otros tiempos, deleitando a aficionados y curiosos que no perdieron la oportunidad de fotografiarse con ellos.
Había expuestos ejemplares de diversas marcas y modelos, todos en un distinguido estado de presentación: Roosevelt Eight Cabriolet, Ford en las versiones Roadster 40 A, Cabriolet 68 B, Coupé 45 B, y Tudor 55 B, Pierce Arrow Eight Phaeton, Whippet 96 A Roadster, Cadillac 355 V8 sedan, Chrysler Six Phaeton, Buick Eight 66 Special Coupé, Chevrolet Six en las versiones Victoria Coupé y Confederate, Morris Ten, Packard Eight, Austin Seven, Buick 60 Cabrio, Vauxhall Sedan, Buick Eight Roadster Special…
D. Abel Febles, presidente del club organizador, es un apasionado que desde muy pequeño ha mantenido, incluso rescatando, acumulando y restaurando modelos muy exclusivos, algunos casi en el olvido. En el siglo pasado en Canarias, además de sitio de escala entre América y Europa, y por una importante colonia británica aquí establecida, permitió el desarrollo automotor desde primitivas y ya extintas marcas hasta otras más punteras hoy ya centenarias, incluso antes de tener carreteras apropiadas que comunicaran a la capital con el resto de la isla.
Después de dos horas de exposición, justo a las 12 h, despegó el tradicional paseo por la rambla, y continuar las más emblemáticas calles del centro de la ciudad hasta la avenida Francisco La Roche, donde quedaron nuevamente expuestos, para continuar hasta el Real Club Náutico, donde concluye este evento con el acostumbrado almuerzo. Hubo entrega de premios a los participantes y placas de agradecimiento por su interés a las concejalas del Ayuntamiento que colaboraron, y sin duda a la destacada e importante asistencia de la Policía Municipal.
Solo queda confiar en que nuevas generaciones continúen interesadas en seguir conservando este patrimonio cada vez más reducido, ya que cada año son más los vehículos que terminan fuera de nuestras fronteras en manos de coleccionistas y museos, y cada vez hay menos relevo generacional interesado en esta apasionante afición que es parte de nuestra historia.
Texto: Lorenzo Suárez Dorta
Fotos: Andrés Pérez, Abel Febles