Autos de lujo en el XXX Rally La Garriga-Puigcerdà
La invitación del club especifica que es un “Rally para coches deportivos, gran turismos, berlinas y cabriolets de categoría con diseño original antes de 1970, fabricados hasta 1973 y que tengan o hayan tenido parachoques cromados pudiendo el comité técnico del Classic Car La Garriga valorar posibles excepciones. Quedan excluidos vehículos fabricados en masa, comerciales, militares y agriculturales”.
En toda la historia del rally solo ha habido una modificación al reglamento para extender año de fabricación del 65 al 70 y fabricación del 69 al 73, siendo esta limitación muy valorada por los participantes. En todo caso, el Club cuenta con un comité técnico que es quien en último término decide la aceptación o no de un vehículo, ¡y siempre hay algún comentario a rebatir!
En la edición de esta año han participado 40 vehículos incluyendo Riley Lynx del 34, MG TA del 39, Triumph Roadster del 47, Delahaye Cabriolet 135MS del 48, Aston Martin DB4 y DB6, Ferrari 365GT del 69, Jaguar MKIV del 48, XK120 y 140, E Type y MK2, Austin Healey 100M y 3000, Daimler Dart SP250, MG A y B, Morgan Plus 8 y Plus 4, Rover P6 2000TC, Sunbeam Alpine S1, Triumph TR4, BMW 2000CS, Porsche 911S y 930, Mercedes Benz 170DS del 52, 220SE, 220SC y 280SL Ford Thunderbird del 56, Fiat 124 Sport Spider, Honda S800 Cabriolet, y un Volkswagen T1 del 58 como vehículo de apoyo y logística. Como mínimo ocho de estos modelos son iguales a los que habían sido preparados por “fábrica” para participar en la categoría de coches de producción en las 24 Horas de Le Mans en los años 50 y 60.
Los coches se reunieron a partir de las ocho de la mañana en el precioso y modernista Paseo de La Garriga donde el club anfitrión ofreció un desayuno con chocolate, café y los típicos mini croissants y ensaimadas de pastelero en los jardines del Restaurante La Cabanya. Con la presencia de la Alcaldesa y Regidor de Cultura se dio la salida a las 10 de la mañana escoltados por la Policía Local pasando por el centro peatonal del pueblo hasta la C17 en dirección a Puigcerdà.
A lo largo de los años, el club siempre ha organizado una actividad deportiva no competitiva y que últimamente consistía en una prueba de aceleración de dos en dos en el aeródromo de la Cerdanya, donde los participantes se retan entre sí en un tramo de 400 metros. Desgraciadamente, a pesar de haber presentado la solicitud para su uso en el 11 de junio a través de la Generalitat, los nuevos gestores de aeródromos de Catalunya, y del contacto directo del club con el Ayuntamiento de Puigcerdà, la Diputación de Girona, y el Consell de La Cerdanya, no fue posible incluir tan apreciada y divertida actividad en esta ocasión.
Los organizadores propusieron 4 rutas alternativas desde La Garriga hasta el punto de reagrupamiento en el parking delante de La Collada Hotel & Spa en la Collada de Toses: 1) La tradicional ruta por la C17 hasta Ribas de Freser y la N260 hasta destino a 107 kms y 1923m de altura. 2) Saliendo de la N260 en Capdevànol por el GI401 hasta pasar Gombren y subir por la Carretera a Can Ros hasta la BV4031 en Castellar de n´Hug, por el Coll de la Creueta a 1922m hasta la GI400 y hasta destino en la Collada (total 113kms). 3) Lo mismo, pero después de Gombren seguir hasta La Pobla de Lillet y tomar la BV4031 a Castellar de n´Hug donde seguir hasta destino (126kms). 4) Subir la Collada y justo pasado Planoles salir por la GIV4016 hasta la GI400 y al destino (105kms). Salvo la variante por la Pobla de Lillet, los participantes usaron las otras tres rutas llegando a destino con poca diferencia de tiempo.
Después de un piscolabis que incluyó una fabulosa cata de vinos argentinos gentiliza de un sponsor del Rally, Caro Import, se procedió a la tradicional foto de grupo con el espectacular telón de fondo que ofrece la Cerdanya. De nuevo agrupados, la flamante procesión de vehículos emprendió la marcha por la N260 hasta entrar en Francia y llegar a su destino final en Llivia.
Un año más, el Classic Car Club La Garriga escogió el restaurante La Formatgeria de Llivia que destaca por su aperitivo espectacular en un precioso jardín en el que todos los pilotos y sus acompañantes charlan amenamente de las vicisitudes del día en un marco incomparable. Este año y en parte para suplir la falta del aeródromo, los organizadores intentaron compensarlo con la actuación de un grupo de música que deleitó a los asistentes con temas de los años 60 y 70 hasta bien entrada la tarde.
En toda la jornada tan solo se registraron tres incidencias mecánicas que pudieron solventarse sobre la marcha por los mismos pilotos, sus acompañantes u otros participantes. No hizo falta llamar a la grúa, lo que supone un hito para el evento. Además, el buen tiempo acompañó durante todo el recorrido, así que más no se pudo pedir.
De los casi 80 pilotos y acompañantes, unos cuantos habían participado en la 1ª edición del rally en 1991. Muchos otros habían participado en ediciones posteriores, así que para todos el rally fue un encuentro de viejos amigos. En los tiempos que corren en los que peligra la existencia de vehículos de cierta edad como éstos, fue reconfortante ver a jóvenes entre los participantes, algunos nietos acompañando a sus abuelos, y otros al volante de vehículos que antes llevaban sus padres. ¡Hay esperanza!