XIX Concentración Clásicos Baixo Miño Romería Clásicos
27 mayo, Pontevedra
En el majestuoso Valle de Tebra (Santa Mª de Tebra – Tomiño), bajo el otrora dominio de la Torre-Castillo de D. Pedro Madruga, se halla el enclave natural de Gixó. Un lugar singular, no tanto por su belleza de exuberante vegetación autóctona, cuanto por su importancia religiosa.
Cuenta la leyenda que una luz que salía de las aguas del río delataba la imagen de madera de una Virgen ya medio deteriorada por el sumergimiento. Se considera un milagro y ahí se construye una capilla: la capilla de la Virgen de Grixó. Allí, cada tercer domingo de agosto, desde tiempos inmemoriales, se celebra una romería a la vieja usanza (procesión, misa, comida campestre, música…). Lugar repleto de leyendas que los devotos creen fervientemente. La fuente del lugar que, comprobado, en un verano seco que las fuentes dejan de manar, el día de la romería de Grixó la fuente surte agua. Un crucero con la cruz móvil; que si alguien quiere pedir un milagro debe ir a las 12 de la noche mudar la dirección de los brazos y si a las 6 de la mañana los brazos se hallan en dirección a la capilla se cumple la rogativa.
Pues bien, este año, el 27 de mayo, Clásicos Baixo Miño quiso emular esa romería substituyendo las caballerías y carros de antaño por los clásicos (a imagen y semejanza de los años 60-70). Reunión de 82 coches en la Praza do Seixo en Tomiño, salida en “procesión” para Grixó, degustación de casi 200 raciones de callos y otras viandas, misa cantada, música de charanga y fuegos de artificio. Y luego la comida fraternal con el reparto de recuerdos. La gente recomendaba repetir la experiencia próximamente.
Texto y fotos: Pepe Gude