I Nacional pre-60: sólo para valientes
28, 29 y 30 de abril
El planteamiento era hacerlas rodar durante 3 días en etapas superiores a los 200 kms enlazando puertos de las provincias de Ávila, Cáceres y Salamanca, siguiendo el detallado road-book que Pedro Martín nos había confeccionado.
El plantel de motos estaba compuesto por Ossas 125 desde el 53 hasta el 59, Peugeot 125 del 55 al 57, Derbi 125 del 60, Roa 200 del 57, MV 150 del 57, Bríos del 53 al 59, Isomoto 125 del 53, Bultaco del 59 y un equipo de colaboradores del club que velaban por los grupos a lomos de R-26, Sanglas e Impala. En total 24 motos y dos vehículos de apoyo.
Días antes del evento las previsiones meteorológicas eran catastróficas, por lo que los chicos del Veterans se temían lo peor. Afortunadamente, salvo Fausto por enfermedad, no fallo nadie y allí estaba toda la escuadra vasca, burgalesa, madrileña, vallisoletana y zamorana.
Día 28 a las 9h se formaron un total de 4 grupos y bien abrigados salimos por orden de las más lentas a las más rápidas. Poco tardaron las Ossas 125, Derbis, Bultaco y Brios en dar cuenta de las Peugeot, M.V., ROA y Brio 90, que en el primer puerto ya andaban gateando en 1ª y 2ª. Para colmo la Roa de Jesús Sánchez iba poco fina pues se chupaba el aceite del embrague y también tomada aire por el retén del cigüeñal y a los 40 kms dijo basta y quedó fuera de combate. Por otro lado la Ossa de Álvaro se queda sin corriente y tiene que coger la de repuesto. Silvie, la única fémina participante, también tiene problemas de carburador en su “Palillos”, que consigue solventar. La Ossa del tándem Rinconetti - Mari, también pierde la chispa antes de llegar a Béjar; la asistencia lo soluciona y también continúan. A partir de ahora todo marcha perfecto hasta el final de la etapa que pinchara la Ossa de José Mari. Con un sol espléndido vamos llegando a la base en Navarredonda de Gredos, donde inmediatamente improvisamos un taller para dar un repaso a todas las máquinas y reparar la Ossa de Álvaro. Habíamos hecho ya 235 kms.
MV AGUSTA 150cc 2T
Día 29, salimos con miedo al tiempo que al final quedó solo en amenaza, luciendo un buen día como el anterior. Si cabe el paisaje y la ruta son más bonitos y el equipo vasco, acostumbrado al Pirineo y carreteras de alta montaña, asegura que no tiene nada que envidiar al norte. Seguimos subiendo y bajando puertos donde los más duros sobre todo para la MV de Herminio y mi Peugeot, son los de Tornavacas, Honduras y el Tremedal. La Ossa que reparamos de corriente el día anterior, en el momento de arrancar en Candelario, se le va un anillo del bulón y K.O. definitivo. El resto alguna cosa de platinos y bobina en la MV y rotura de escape de la Peugeot de Chano que se solucionan sobre la marcha gracias al servicio de asistencia. Al final llegamos a la base a partir de las 19h, y rápidamente montamos el taller para poner el escape de la Derbi de Alfredo (lo había perdido) y darle vida a la Montesa de Francisco Nieto que llego muy tocada, y en vista del lamentable estado, desiste salir el día siguiente.
Día 30. La cosa pinta fea y salimos con el traje de lluvia, salvo los burgaleses Juanpe y Rafa y el vasco Julián que son muy optimistas y dejan el traje de agua en la base porque se han creído eso de que los equipos de cordura no se mojan. Subiendo el puerto el Pico ya nos damos cuenta que la predicción al final se iba a cumplir: niebla, lluvia… Rinconetti que hoy sale con la Isomoto es incapaz de subir y se vuelve. Yo no me entero pues la niebla impide ver a más de 10 metros y el retrovisor está completamente empañado, Herminio se percata y con su MV se tira tras él, le ayuda a solventar la avería de carburador y tiran para arriba. Estamos refugiados en la Gasolinera de Mombeltran y cuando les dábamos por abandonados, aparecen entre la niebla para regocijo de mi grupo que habíamos quedado reducido a cuatro. Continuamos con un tiempo infernal y subiendo el puerto de Serranillos, donde había que desviarse en el km 6. Yo, que iba de guía, me despisto y tiro para arriba seguido de Juanpe (Tralla 101), Sentimillo (Ossa 125) y Rafa (Brio 90). Aquello era interminable subiendo en 1ª y 2ª bajo la lluvia con niebla y a 0º.
Montesa Brio 90
Tardamos 45 minutos en llegar a Serranillos pueblo. Paramos totalmente empapados y tiritando en la puerta del bar, que para más inri estaba cerrado. Con la moral por los suelos y dispuestos a solicitar la ayuda de la asistencia, un señor muy mayor abre la puerta de su humilde casa y nos invita a pasar a calentarnos en una magnífica hoguera de leña. Inmediatamente le invadimos (e inundamos) la casa y Juanpe y Rafa (los del traje de cordura), se desnudan y se quedan en paños menores, sin encomendarse a nadie. Yo le pregunto al señor si hay alguna mujer en casa y me dice que sin problemas, que vive solo. ¡Zafarrancho de combate, todo el mundo en bolas! Allí nos tiramos más de una hora y zanjamos una gran amistad con el Sr. Roque (para nosotros San Roque), que se desvivía por poner junto a la hoguera todo tipo de enseres para tender la ropa. Cuando ya habíamos recuperado la moral (y la dignidad), nos despedimos como amigos de toda la vida de nuestro salvador con lágrimas en los ojos (por ambas partes). Continuamos hasta el final de la etapa subiendo y bajando por parajes increíbles en los que en realidad ni nos fijábamos pues no se nos iba de la cabeza el gesto que tuvo con nosotros el Sr. Roque, en el momento más crítico de la aventura. Al final de la etapa y a 100 metros de la base mi Peugeot dice basta. ¡No importa pequeña, ya te toca descansar!
km.6 y el Chuchi...
Final del evento, saludos abrazos felicitaciones y quedamos para la próxima, contando los días y deseando volver a casa para repasar y fiabilizar nuestras queridas máquinas.
Texto: Segundo Alonso
Fotos: Pedro Martin