Retro Clásica Bilbao cerró sus puertas batiendo el número de asistentes
La feria Retro Clásica Bilbao mejoró sus cifras del año pasado y acabó superando los 40.000 visitantes en su séptima edición, cifra que supone el tope de la historia del certamen hasta hoy.
La muestra de coches y motos clásicas, de época y colección ha sentido el calor de la afición de muchas comunidades de la zona norte, pues han acudido grupos desde Asturias, Navarra, Madrid, Castilla-León, Rioja y Cantabria, y por supuesto desde diversos puntos de Francia, donde cada año se nota más su impacto y suele salir reflejada en medios especializados.
Esta edición, que ha destacado por la calidad de varios de los modelos exhibidos en diferentes stands, ha permitido elevar la categoría de la muestra bilbaína, pues se ha llegado hasta los 65.000 m2 de superficie, al ampliar el aparcamiento para vehículos clásicos hasta 30.000 m2, lo que ha supuesto ofrecer capacidad para 1.200 unidades.
El público visitante se ha concentrado en varios stands de referencia, como el que recogía varios modelos de la colección del futuro museo de Mercedes-Benz del Concesionario Aguinaga, donde sobresalieron modelos de gran valor como son un 250 SE del 66, un type 200 de 1937, un 220 SE Cabrio Pontón de 1957, un Mercedes Proto del París-Dakar o una furgoneta L319D, de 1970.
Mención aparte ha sido la exposición antológica sobre el SEAT 600, con la que la feria bilbaína brindaba su homenaje a los 60 años del popular utilitario, con la presencia de piezas únicas entre los aproximadamente 25 ejemplares expuestos.
Otros vehículos admirados han sido los del Museo de Coches Antiguos y Clásicos Torre Loizaga, pues este año exhibían un Isotta Fraschini Tipo 8 de 1925, un Rolls-Royce Phantom II Cabrio de aluminio de 1930, un Ferrari Testarrosa de 1984 y un Lamborghini Countach LP 5000 S de 1982.
En el apartado de motocicletas clásicas, destacó el stand de Plentzia Classic con una selección de 16 modelos de competición y Gran Premio, de las que muchas de ellas aún salen a circuitos hoy en día en el Campeonato Nacional para Clásicas.
Así hubo Harley Davidson, de 1918, Derbi RAN, Yamaha TZ, Honda NSR, Bultaco TSS, Norton MANX o Suzuki GSXR, entre otras, que configuraron un interesante espacio para los amantes de las motocicletas.
Pero lo que más destacó en este stand fueron una Honda Repsol de Carlos Cardús, y una Honda Campsa del año 90 de Sito Pons. Asimismo, una Yamaha Ducados de Joan Garriga y una Honda Movistar de Dani Pedrosa del 2005.
Igualmente, otras como la Siroko-Montesa con la que Cardús ganó el Criterium Solo Moto, una Suzuki GSX-R 750 XR51 del equipo alemán Kurz, y una Krauser 80 y dos Honda RS 125 propiedad de Herri Torrontegui.
En este stand tuvo lugar un emotivo homenaje, que brindó el club de Plentzia a 3 pilotos ligados al pueblo, como son Herri Torrontegui, Faustino Hernández y George Franks, a los que se les entregó un trofeo de cristal y unos diplomas.
Todos tenían allí las motos de sus gestas, así como fotos y otros recuerdos de sus años de competición, como la Krauser de Torrontegui, con la que venció en las pruebas de España y Checoslovaquia en 1989, con lo quedó 3º en el Mundial, o una Ossa 250 de Hernández, con la que suele competir en las pruebas para clásicas. Además, George Franks tenía la Bultaco TSS de 250 de agua con la que corrió el Isla de Man.
La gran asistencia de público ha repercutido en un mayor volumen de negocio general, tanto en la zona comercial como en las operaciones de vehículos, y en un dato muy importante, como es el número de contactos comerciales posteriores, pues hay unidades que se venden después de la Retro Clásica Bilbao, incluso piezas que se mandan por correo tras solicitarlas.
La emoción del Motorshow
La V edición del Motorshow Retro Clásica Bilbao asentó el nuevo formato de competiciones independientes en sábado y en domingo, con la presencia de 40 pilotos en cada una de las pruebas ante los cientos de aficionados que llenaron las gradas de tribuna y los alrededores de la pista.
Estas pruebas indoor contra el crono en un circuito meta contra meta de 500 metros sobre una pista muy deslizante resultaron muy reñidas, pudiendo los asistentes aplaudir y animar a pilotos de la talla de Joseba Iraola, actual campeón nacional de montaña, o Iñaki Alberdi, campeón nacional de Autocross, así como Ander Arana que volvió a ver si repetía el triunfo de la prueba del domingo de 2016. Además, hubo presencia francesa, con los pilotos internacionales Bruno Scherer o Joseph Duperou, además de pilotos femeninos en competición, y diversas exhibiciones.
Sin embargo, los favoritos se encontraron con la sorpresa de verse relegados, pues el sábado se erigió como ganador Óscar Palacios, a bordo del CM Silver Cars S2, superando a José A. Intxausti, con Opel Kadett GSI, mientras que Ander Corcuera fue 3º, con VW Golf 1.8 GTJ MK II. El domingo el campeón fue Asier Sánchez, con un Formula TT Haybusa Kubit, completando el podio Natxo Zuloaga, con Fiat Punto Abarth y Juan Carlos Vázquez, con Seat León Supercopa.
Finalmente, la Superespecial entre los dos campeones se decidió a favor de Óscar Palacios.