Porsche, un emblema de la ingeniería
Aunque la producción de tractores en las factorías de Porsche fuera algo sobrevenido tras la compra de la fábrica Allgaier, cuya tecnología ya venía de serie, y la decisión de la empresa Annesmann AG que compró los derechos del tractor de Allgaier y las patentes y derechos de los motores Porsche, fundando la compañía Porsche-Diesel Motorenbau GmbH, no dejan de ser hijos directos de la gran marca a nivel mundial de los automóviles deportivos más deseados por los puristas de los coches de carrera.
Prácticamente los tractores Porsche nacieron para pequeñas explotaciones agrícolas, cuyo prototipo inicial fue el pequeño Porsche Junior de 14 cv monocilíndrico, refrigerado por aire – como todos ellos después– desembocando más tarde en creaciones superiores como fue el Porsche Súper de 3 cilindros y 38 cv con cajas de cambios ZF de 6+6 marchas y una superlenta, para posteriormente sacar los modelos Standard de 25 cv y Máster de 50 cv entre otros.
Con una producción total de más de 120.000 tractores en el periodo comprendido entre 1956 y 1963, culminó el proyecto de Ferdinand Porsche iniciado antes de estallar la 2ª Guerra Mundial, y al que tuvo que renunciar por imperativo de las autoridades al no permitirles la fabricación de tractores. No fue suficiente la buena distribución en Europa de las unidades fabricadas, como para que a nuestros días llegaran ejemplares supervivientes, sino todo lo contario, quedan pocos y cada vez menos tractores de la marca. Antonio Manuel González Zambrano, socio y secretario de la Asociación Andaluza Amigos del Tractor Agrícola, tuvo la gran idea de resucitar a una de las pocas unidades que quedan de tractores Porsche y salvarle de la fundición después de un abandono total. En las fotografías se puede ver el tractor Allgaier Porsche A-133, de mediados de los 50, cuando fue recogido y después de una restauración completa, con muchas horas de trabajo y un esfuerzo digno de aplauso por todos los que amamos a los vehículos antiguos y clásicos. Ha quedado perfectamente restaurado y en estado original, y seguro que permanecerá para las próximas generaciones. ¡De eso se trata!
Texto: Francisco González
Fotos: Rafael Álvarez y Antonio M. Glez