Los Minis Clásicos tuvieron su bianual Euskadi Mini Meeting
10-12 mayo, Orio
La cita, siguiendo con la filosofía de recorrer todas las zonas de Euskadi, este año era en la localidad guipuzcoana de Orio, muy cerca de Donostia.
Esta edición solo era de 3 días, ya que las fiestas a nivel estatal no coincidían para poder tener más días festivos, y la previsión era que acudiera poca gente, pero aun así 60 personas se congregaron en Orio y juntaron 26 Minis, lo que indica que esta reunión va más allá de la devoción a estos clásicos, ya que participantes que teniendo el Mini sin funcionar vinieron igualmente a la cita.
El viernes fue llegando la gente al Camping Orio y se fueron acomodando.
Este formato siempre se celebra en campings con bungalós, así que cada “familia” fue ocupando su sitio y recibiendo a los que iban llegando poco a poco desde Barcelona, Logroño, Galicia, Jaén, Madrid... y, como no, el club más alocado de España, la gente del Club del Mini de Castellón.
A la noche, cena de picoteo con productos locales y vino de la zona, charla, saludos, gente que no se conocía, amigos de hace tiempo, conocidos de otras reuniones y mucho mecánico de barra de bar. La cena se alargó hasta que recordamos que a la mañana siguiente salíamos pronto a rodar por las carreteras.
La mañana del sábado salió medio lluviosa, pera eso no nos impidió enfilar la carretera de la costa hacia Francia para visitar Iparralde, subimos hasta el Mirador de Jaizkibel, paramos en el fuerte de Guadalupe para ver las vistas de Euskadi, Francia y Navarra y enfilamos hacia la frontera para adentrarnos en Francia cruzando Irún, Hendaia y Baiona, serpenteando por la costa hasta llegar a Biarritz que era nuestro destino final. Visita libre a la ville durante el resto de la mañana, comida libre y hacia las 16:30 nos reagrupamos para volver juntos a Orio.
Sobre las 7 de la tarde, montamos una rampa de dos carriles para celebrar la típica Carrera de Tapa de Balancines, un clásico en nuestras reuniones que consiste en modificar una tapa de balancines del motor del Mini, ponerles ruedas y crear un bólido capaz de batir a los oponentes con solo la fuerza de la gravedad. Eso entretuvo al personal hasta la hora de la cena donde nos congregamos todos junto a una mesa en el restaurante Ashé, para dar cuenta de una buena carne asada a la brasa acompañada con sidra y vino de la zona, siempre promoviendo productos locales y de cercanía para que la gente que viene de fuera conozca no solo el paisaje, sino que se empape de la gastronomía local. Poco más se puede decir de esta edición del EMM, la noche se alargó para algunos hasta que literalmente se escuchaban los gallos cantar, así que nos fuimos a dormir para al despertar el domingo despedir a los nuevos y viejos amigos que poco a poco iban subiendo a sus Minis y se marchaban esperando volver al Euskadi Mini Meeting 2021 en Araba, que ya se está gestando en nuestras cabezas.
Club Mini Euskal Herria