El Garaje Clásico del sr. Kremer
Hoy es Don Marco Kremer, un luxemburgués residente hace décadas en Tenerife, quien nos enseña su garaje y de paso me cuenta un poco la historia y avatares de su Nano Lise, la cual con su permiso, me parece conveniente y de manera resumida, compartir con todos los lectores de Autofoto.
Todo comienza cuando las bicicletas eran lo más práctico, popular y cómodo para ir al trabajo; una vez terminada la primera contienda mundial, el Sr. Giro (italiano residente en Francia) hacía su recorrido desde muy cerca de la frontera del país Galo hasta Luxemburgo cruzándola dos veces al día en su bicicleta, para ir a su trabajo; como era muy ingenioso, el mismo hacia sus reparaciones y las de sus amigos en los ratos libres, un día decide montar su propio negocio cerca de la fábrica donde trabajaba. Allí con sus propios medios y mucha paciencia, ingenia y adapta un motor para su bicicleta, la cual refuerza y prepara para su propio uso, pero fue tanto el éxito que termino fabricando por encargo ese artilugio, y así incremento poco a poco con mucho esfuerzo y tesón su pequeño comercio; hasta que decide comprar un autobús, preparándolo para transportar de ida y vuelta a los obreros a la fábrica, donde trabajaban y también contratar excursiones y paseos a grupos y escolares de la zona, implicando en el negocio incluso a su hija Ofelia, la cual si era necesario y con apenas 16 años ya conducía también esas enormes máquinas, pues en aquellos tiempos solo bastaba que alguien te enseñara a conducir y un poco de practica en el asunto, teniendo en cuenta que contados eran los que podían acceder a esa, llamémosla, novedad.
El tiempo pasó y obtuvo su propia línea de transportes y unos grandes locales donde almacenar sus vehículos y talleres, lástima que la segunda guerra mundial y unos pocos años más tarde la muerte del Sr. Giro acabaran con esa empresa, pero no así con esta historia y su desenlace final.
Si nos fijamos en las antiguas fotos con los niños, en dos de ellas aparece siempre un chico (Leo Kremer) junto al conductor (Lise Giro) ese niño, que más tarde, terminaría casándose con la Sra. Ofelia hija de Sr. Giro y como consecuencia de esta unión llegamos a nuestro protagonista, Don Marco Kremer Ingeniero mecánico de la vieja escuela e incondicional apasionado de los coches clásicos.
De su Luxemburgo natal y decidido a quedarse por esta tierras Canarias, ha traído parte de su colección de clásicos, todos restaurados en Alemania por manos expertas, respetando su originalidad, quedando allá otros, los cuales están en proceso de reconstrucción, como es el caso actual de un Jaguar MKII de 1956, 2.4 l. 6cl. 4 marchas más overdrive, siendo esta su primera adquisición como coche clásico a comienzos de los 80s y al que me cuenta que le tiene un cariño especial, tanto que incluso su matrícula original lleva las iniciales de su nombre (MK 002), y que pronto veremos rodando por estas tierras.
Pero ahora nos centraremos en su existente parque clásico actual, y empezamos por una leyenda de los 30s. Considerado por los entendidos en la materia, como uno de los 10 mejores diseños de la historia, un Auburn Roadster Super Charged fabricado a finales de los 70s. que no por eso podemos calificar como réplica, pues su fabricante Glen Ore, replanteo y fabrico estos Auburn MFG California Custom Coach Inc. como empresa subsidiaria de Auburn Speedster Co. Inc desde 1968 hasta 1981, representando el espíritu original de Auburn, reeditando con todo el atractivo del original pero con una tecnología y construcción más fiable, confortable y segura que incluía un chasis de fibra, frenos de disco hidráulicos, motor V8, cambio automático, aire acondicionado, servodirección, tapicería de piel y todo tipo de lujos y detalles, pues eran construidos por encargo . Poca restauración hubo que hacerle a esta joya, solo hubo que pintarlo y hacerle algunos arreglos en el motor.
Continuamos con un impecable MG A 1500 roadster de 1957, esta adquisición fue no solo un capricho (ya que siempre quiso tener este modelo en concreto) sino un cumulo de casualidades que con el tiempo llegaron a -digámoslo así- pertenecer el uno del otro, según me cuenta su propietario, siempre ha sido un enamorado de los diseños ingleses, y este MG ya lo conocía años atrás e incluso su ultimo propietario era un familiar muy cercano, al cual acompañaba a Alemania a ver los progresos de su restauración, pues su estado así lo requería, y he aquí que uno de esos viajes, logra negociar su precio y termina siendo su nuevo dueño, sacándolo del garaje, casi como salió de fábrica, solo que con diferente color .
El último en cruzar media Europa y atravesar el charco hace ya más de dos años, para obtener la residencia Española en Canarias, es un Alemán de pura cepa, se trata de un BMW 326 coupe, 6 cl. 2000cc. cabriolet de 1936, un glamuroso diseño con algunos adelantos para su época, como son su innovadora suspensión trasera con barra de torsión y el primero de la marca en utilizar freno hidráulico entre otras, su producción fue de casi 16.000 unds. entre 1936 y 1941, de los cuales quedan muy pocos y en este estado poquísimos .Fue totalmente restaurado a conciencia en su casa matriz de Alemania, incluso se fabricaron manualmente piezas imposibles de encontrar, pues su destino apuntaba al museo de esta mítica marca, ya en su época era un coche relativamente caro y exclusivo, actualmente no ha perdido ni un ápice de su encanto es un rompe cuellos por donde quiera que va, imposible de pasar desapercibido
Solo me queda despedirme del Sr. Kremer, agradeciéndole tanta amabilidad al mostrarnos su estupendo garaje clásico, un hombre que conoce, disfruta y ha disfrutado de coches míticos, sin despreciar a ninguno, ya que puede presumir de haber tenido en su garaje desde un RR Silver Shadow hasta un Fiat 500, que desde pequeño admiraba los coches de su padre, que ha recorrido media Europa en máquinas, algunas con más de 60 años, que da gusto oírle contar tantas historias y anécdotas como para escribir un libro, las cuales quizás empiezan hace más de 100 años con las ilusiones de un joven empeñado en visionar el progreso partiendo de un simple y rudimentario vehículo llamado bicicleta.
Lorenzo Suárez Dorta
Gracias ha el Señor Lorenzo Suàrez Dorte y a Auto Foto