Nazar: los Ángeles de Segovia
Los esfuerzos cotidianos de cada persona en conseguir lo que se propone forma parte de la satisfacción individual más íntima de cada cual, y más aún hoy donde casi nadie regala nada, por nimio que sea. Felizmente pertenezco a ese grupo de personas, que se autoimponen algunas metas, y valoran los resultados de los demás.
Segovia es una bella ciudad, histórica, monumental y gastronómica, que suelo visitar 2 veces al año, y son ya 26 veces las que la he visitado, consultando museos, instituciones, y archivos para enriquecer mis conferencias, publicaciones e investigaciones. Hace unos meses tuve la suerte de contactar con un admirado segoviano, una persona excelente, cuyo contacto “destapó” el artículo dedicado a la marca NAZAR, publicado recientemente. Me refiero a don Ángel Domingo, un amante de los vehículos históricos que los mima y los pone a trabajar sin pereza alguna, quien me habló de otro Ángel, don Ángel Martín, y que forman con acierto, como indica el título de esta publicación, los “ángeles” de Segovia. Don Ángel Domingo disfruta de una buena colección de vehículos industriales históricos, de diferentes marcas y modelos, entre los que están funcionando perfectamente y debidamente documentados, asistiendo tales vehículos habitualmente a concentraciones.
El “abuelo” de la colección es un Renault ADN, fabricado en 1930 y matriculado en 1932 en Madrid (M-42050), y nos cuenta que en 1933 sería convertido en ómnibus, habiendo tenido diferentes propietarios antes de descubrirlo él en la parcela arrabalera del olvido. Estaba lleno de chatarra y sólo se le veía un poco el morro, comentándole el propietario del desguace que le costaba más mover toda la chatarra, que tenía encima, que el vehículo en sí, prefiriendo no perder ni el tiempo ni el dinero. Tras tiras y aflojas con el parroquiano, quien no se lo quería vender, consiguió cambiárselo por una carretilla elevadora, desprendiéndole Domingo toda la chatarra, y tras un día intenso de trabajo se lo llevó a su casa. Cuando observó todo lo que le faltaba no sabía por dónde empezar (en el mundo profesional de la mecánica y automoción todo eran pegas e inconvenientes); así que primeramente lo calzó en tacos, le quitó las ruedas traseras (carecía de ruedas delanteras), le sacó el motor para reparar cabina. Tuvo que “inventarse” el depósito de combustible, discos de ruedas, construir los radiadores (encontró, no sin dificultades, quien se lo podía hacer, Radiadores Alfonso, de Orense). Sin pausa, le cambió la junta de culata, bujías, aceite y embrague. La caja de madera también la hizo nueva. Por fín lo puso en marcha y funciona perfectamente. Posee dinastar, arranque y carga, un motor de 6 cilindros para una carga de 3000 kilos, frenos de cable, tanto de pie como de mano, enfriador de aceite a través de radiador. La cabina está forrada de chapa, con volante a la derecha, y lo último que me cuenta, que me sorprende mucho, es que está a la venta.
En Segovia, nos cuenta, hay 2 vehículos NAZAR, teniendo nuestro protagonista un NAZAR 7T, con plataforma de 1964, motor Perkins 6 cilindros, fabricado por Talleres Nápoles, Zaragoza. Estuvo dedicado a tareas forestales y cuando lo descubrió estaba a la intemperie en un más que pésimo estado. Le reparó el radiador, le puso frenos y cubiertas nuevas, los faros (que le costó encontrarlos, hallándolos ¡por fín! en Aveiro -Portugal-), el circuito eléctrico, y la chapa, para seguidamente pintarlo. En la actualidad se pasea por Segovia y acude a concentraciones cercanas, pues, cuenta, que cuando va más lejos lo lleva en algunos de los camiones del otro “ángel”, don Ángel Martín. La matrícula que ostenta en la actualidad es histórica (H 3003 BBD).
Otro vehículo de su colección es un Borgward BW 850, una camioneta de 850 kilos, de 1969, fabricada en España. Dispone de motor Renault, de gasolina, con cambio de 4 marchas hacia adelante más la marcha atrás, chasis 582, y matriculado el 8 de enero de 1969, M 716477. La publicidad de la época decía: “Soy un camión ligero, robusto y muy económico. Tengo un motor potente. No necesito engrase. Soy el vehículo idóneo de reparto”. Gracias a nuestro protagonista se salvó del desguace, y con matrícula histórica acude a concentraciones.
Nuestro otro protagonista de los camiones clásicos en Segovia es el ya aludido don Ángel Martín, en cuya flota disfruta de otro NAZAR 4T, matriculado en 1965 y con placa A-84067. Nos refiere que en su primera vida fue propiedad de Vicente Bataller, de Castell (Alicante); quien se lo vendió a José Yvar, de Benisa, el cual lo hizo histórico en 2010, comprándoselo don Ángel Martín en 2014. En esta segunda vida ostenta la matrícula histórica H 3240 BBB, paseándose con garbo por las carreteras segovianas y españolas. Se nos acaba el espacio, pero seguiremos más adelante aportando datos de interés de estos dos buenos y admirables amigos.
Francisco Glez. del Piñal Jurado
Historiador y Académico