Rally Perafita

29 febrero, Barcelona

El evento comenzaba bien temprano con la llegada de los primeros participantes. Todos pudieron disfrutar de un buen desayuno con las tradicionales y conocidas “coques” de Perafita.

A lo largo de la mañana, se llevaron a cabo las diferentes verificaciones técnicas y administrativas de los coches.

Llegado el mediodía y ya con un gran ambiente de espectadores, amigos y familiares, se dieron las instrucciones previas a los inscritos. Seguidamente, en memoria de Santi Tort, que nos dejó hace unos meses, se hizo un minuto de alboroto con la encendida de los motores de los coches clásicos. Finalmente, con un speaker ya experimentado en el tema, se dio el disparo a las salidas. Durante el recorrido por tramos míticos como La Trona o La Costa dels Gats, que se bautizó con el nombre de Santi Tort, los participantes pudieron hacer sus respectivos tiempos de descanso y reponer fuerzas para continuar con el Rally.

Fue un Rally en el que los participantes aseguran que no esperaban encontrarse a tantas personas dando ánimos y recogiendo grandes momentos fotográficos. Entrando al atardecer, la afición esperaba a los pilotos y copilotos en su llegada al pabellón del pueblo para disfrutar de una cena en hermandad con una comida especial y diferente, donde se llevó a cabo también la entrega de los respectivos premios a los ganadores de las diversas categorías, y se agradeció la participación de todos por haber puesto su grano de arena y hacer un día inolvidable, que se espera ya con muchas ganas e ilusión repetir el próximo año. Las valoraciones tanto de los organizadores y colaboradores del “Grup5 Clàssic Rally”, como de los pilotos, copilotos y acompañantes, han sido muy positivas, ya que ha sido el primer rally que se realiza en esta población y se ha conseguido que todo el mundo se sienta como en su casa. Este rally se preparó con mucha fuerza, esfuerzo y espíritu, y es por eso que gracias a la unión de estos elementos y de la colaboración en general se ha podido sacar adelante y que el día fuera brillante.

Ramón Surroca