Moto Club Indianos, seguir rodando
Sin duda, 2020 ha sido un año que todos recordaremos siempre y no es necesario explicar el porqué. En lo que concierne al mundo de la moto, todos nos hemos visto privados temporalmente de esa parte tan importante en nuestras vidas, lo cual nos ha hecho apreciarla aún más si cabe. Pasado lo peor, poco a poco fuimos recuperando las sensaciones que sólo quien viaja en moto puede comprender. A pesar de ello, hemos echado de menos numerosos eventos motociclistas que se han tenido que posponer a la espera de tiempos mejores, mientras los poquitos que han tenido lugar, se han centrado en el aspecto turístico. En esa línea, el Moto Club Indianos ha celebrado sus dos Rallies anuales en una versión adaptada a las circunstancias que nos ha tocado vivir.
Las dificultades de organizar una prueba en estas condiciones son muchas, y sólo gracias al comportamiento ejemplar de los participantes, quienes en todo momento se han mostrado decididos a respetar todos los protocolos de seguridad, se ha podido disfrutar del evento con tranquilidad.
Muchos han sido los sacrificios que la organización ha tenido que hacer. Por supuesto, las tradicionales pruebas de velocidad y motocross fueron suspendidas, así como el mercadillo y todo aquello que atrajese público. Además, por respeto a los habitantes de la Villa de Colombres (Ribadedeva, Asturias), quienes siempre han acogido a los moteros con los brazos abiertos, ni siquiera las rutas tomaron su tradicional salida desde la mítica plaza.
Los hoteles han continuado con los estrictos protocolos sanitarios de los que este sector ha hecho gala, especialmente en Asturias, donde el abundante turismo veraniego puso a prueba al personal de estos establecimientos, quienes han demostrado una profesionalidad digna de elogio.
Pero los asistentes han sido quienes más han tenido que poner de su parte en todo esto, y es que además del uso de mascarillas, distanciamiento social, higiene, grupos de seis, etc., nuestros visitantes extranjeros han tenido que lidiar con unos ferries que han sufrido cancelaciones y otros tantos retrasos. Además, en el caso de los británicos, deberán estar confinados durante 15 días en sus casas tras su viaje a España por requisito de su gobierno. A todo ello a de añadirse la dificultad de conseguir un seguro de viaje en estos tiempos.
El primer evento, el IV Rally del Norte de España comenzaba el día 28 de septiembre con las inscripciones. Al día siguiente iniciábamos nuestro periplo hasta el Parador de Cangas de Narcea, desde el que disfrutaríamos de cuatro estupendas rutas por el occidente asturiano. Como novedad, este año, la tradicional comida en ruta en la que nos reunimos para un picnic a mesa puesta, ha sido sustituida por picnics individuales que hemos disfrutado cada uno por su lado en los más variopintos lugares en aras de la seguridad.
Esta edición ha combinado todo tipo de carreteras y paisajes, entre los cuales destacamos la comarca de los Oscos y sus pequeñas aldeas, el Parque Natural de Somiedo con sus cumbres exuberantes y villas marineras, como las conocidas Cudillero y Castropol, que hicieron las delicias de todos los que pudimos disfrutar de este evento tan especial.
En lo meteorológico hemos tenido de todo, desde días casi veraniegos, hasta nieve en los puertos e incluso un día en el que cancelamos la ruta por las malas condiciones, cosa que a más de uno no importó cuando decidieron aprovechar el día disfrutando de las instalaciones Spa del Parador. Sin duda, el establecimiento es en sí mismo uno de los atractivos de este Rally del Norte, y es que pernoctar en este Monasterio, premiado como el mejor hotel rural de España, es toda una experiencia.
Los días pasaron volando y pronto llegó el momento de regresar al oriente para el IX Rally de Colombres, donde nos encontraríamos con nuevos participantes llegados especialmente para este evento. Un amplio programa de rutas con el mismo formato adaptado a la situación, pero esta vez en Picos de Europa, nos ha hecho acordarnos por qué año tras año seguimos peregrinando a este inigualable paraíso rider. Y es que si has tenido la suerte de recorrer estos paisajes con tu moto, sabes que no estoy exagerando.
Son muchos los lugares que hemos visitado como para nombrarlos todos, pero déjame decirte que en una semana y a una media de 150 kilómetros diarios, no hemos dejado mirador o puerto sin marcar en nuestra lista. Míticos lugares como Caín, Fuente Dé, Lastres y puertos de montaña como San Glorio, Panderrueda, Piedrasluengas son sólo una muestra de los que hemos degustado. Y por supuesto todo ello con los sonidos de las motos clásicas, que permiten un rodar diferente, con el gusto de otros tiempos y que nos han ayudado, más que nunca, a disfrutar de una vieja afición que no debe desaparecer.
Unos eventos de estas características y con su marcado carácter internacional nos han permitido disfrutar de modelos tan especiales como una Scott Sports Squirrel de 1929 una Moto Guzzy Astorino de los años 50 además de numerosas Vellocete, Triumph, BSA, Ducati, BMW, Honda, Yamaha etc que han sido tema de numerosas conversaciones, especialmente este año en que hemos tenido ocasión de charlar más de lo acostumbrado.
Así llegamos al final de esta edición de los Rallies de Moto Club Indianos, con la satisfacción de haber continuado adelante, adaptándonos a los vientos imperantes y deseando un futuro más seguro en el que podamos de nuevo realizar todas las actividades que siempre han caracterizado a estas reuniones, con la necesaria y deseable seguridad global.
Hasta entonces, Seguimos Rodando.