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Tercer Nacional Pre-60 Montes Palentinos

12 Diciembre 2019 // Concentraciones

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50 motos para 38 inscritos: algunos han llevado varias motos para cubrir los casi 600 kms en tres días del evento por las provincias de Palencia, Burgos y Cantabria rodando con con nuestras “ancianitas Pre-60”

Este año se ha contado con la inestimable colaboraciónn de la marca RIEJU, una de las marcas históricas con representación en este Pre 60, que quiso colaborar con el Veterans Moto Club Villaviciosa de Odón cediendo una Tango 125 y una Century 125 para usarse como moto de sustitución: no tardaron mucho en bajar del carro de la asistencia en carretera que la organización llevaba para permitir a algún participante completar la etapa del día, desde el primer día.

Una primera etapa de 221 kms nos ha llevado a la zona norte de Palencia, donde Castilla linda con Cantabria, por carreteras secundarias sin nada de tráfico que unen pequeños pueblos de montaña, algunos prácticamente abandonados que nos trasladaban a las costumbres y vivencias del siglo pasado en estado puro. Durante el recorrido, muchas paradas para disfrutar de todos estos pintorescos rincones de la Montaña Cántabro-Palentina y como no podía ser menos apretarnos un buen cocido montañés. Durante el trayecto algunas de nuestras pequeñas maquinas empezaron a quejarse: la primera fue la Derbi 125 de Alfredo, que perdió la mitad del escape aun ue pudo continuar, con algo más de ruido del deseable. Poco después, la preciosa Lube - NSU de Silvie padecía problemas de eje trasero que hacían ingobernable la máquina, lo que hizo que la primera de las Rieju de sustitución saliese a la carretera. Una bien restaurada Ossa 125 B, propiedad de Enrique Martin rompió el selector del cambio a mitad de etapa y su piloto y propietario tuvo que acabar el día en la otra Rieju. La Roa de Paco Rincon pasó por la tarde por el improvisado taller en el parking del hotel, ya que un tornillo del amortiguador que sobresalía hacia dentro le destrozó la cubierta trasera, aunque al final pudo llegar hasta el final.

Al final del primer día, en ese parking reconvertido parking reconvertido en taller de clásicas la actividad era frenética: todo el mundo a repasar las motos para la segunda etapa. pues además de las averías “serias” había algunas muy tocadas; los chicos del Veterans no daban a basto. Afortunadamente el espíritu de compañerismo prevaleció y todo el mundo ayudaba a reparar a los compañeros, para que al día siguiente volvieran a salir todas las motos. Llamó la atención de algunos lugareños que pasaron atraídos por el espectáculo el hecho de abrir completamente el motor de la Ossa de Enrique Martin, reparar el selector y dejarla operativa al filo de las 12 de la noche.

El sábado antes de la etapa del día, de 210 km, se hizo la esperada prueba de “Puntualidad a la italiana”: un recorrido de poco más de 100 metros en una explanada del hotel que hay que hacer en un tiempo exacto: ni más ni menos; a un ritmo de unos 20Km/h. Una prueba de habilidad mental sobre la moto que ganó José Mari Zubizarreta con su impecable Ducati Elite 200, seguido de Jesús Sánchez “Bolita” y su inseparable Montesa Impala Sport. Después se llevó a cabo otra divertida prueba: la de “Puesta a punto y ralentí”. Es decir; ¿cuál arranca mejor? descalificándose todas las que no arrancaban en una primera patada. Acabó ganado la Montesa Brío 90 de Rafael Soladano: después de ser una de las pocas que arrancó en una patada, era evidente que ralentizaba con mayor suavidad y regularidad que sus competidoras. Un inicio de día divertido que precedía a una etapa más suave que la anterior, algo que agradecieron las motos más pequeñas como la Lambretta LD 125 de Juan Pedro Olivares y el resto de ROA, Cofersa, Huracan Brío, Iso, MV etc. Algunas de ellas con pasajero incluido.

Durante el trayecto la Lube de Silvie vuelve a las andadas y el eje trasero se suelta otra vez, volviendo la piloto a subir a lomos de la Rieju Century de asistencia. Etapa bonita, por parajes similares a la anterior y visitas guiadas por nuestro anfitrión Alfredo Alonso que nos mostró las famosas esclusas del Canal de Castilla del siglo XVIII, así como las fabulosas iglesias y castillos del entorno.

De regreso al hotel-base en Osorno, la Ossa del toledano Juan del Rio tiene un problema de encendido y aunque se intenta reanimarla se nos queda en la operación y hay que sustituirla por la otra Rieju de asistencia. Pocos problemas en este segundo día, que dio lugar a una noche con poco ambiente en el parking: tan solo la Lube NSU, a la que por fin se le logra soluciona el problema de eje trasero. La Rovena de Jose Luís hubo que revisarla, pues llegó con problemas de carburación. Otra de las representantes del motor Villiers, en este caso de 200cc, la Huracan de Alvaro, problemas de encendido. En poco rato, las tres quedan listas para la etapa final.

Pero el sábado no terminaba todavía: después de la cena llegaba el temido Examen de conocimientos históricos” donde se nos vio el plumero a más de uno que nos creíamos expertos en el tema. Prueba muy reñida donde hubo 5 empatados por el 2º puesto. Al final se alzó con el premio Ramiro Merino por un punto de ventaja respecto a los demás. A continuación se eligió la moto más votada del evento, saliendo elegida la Rieju 325 de Álvaro Montelay seguida a tan solo un voto por la Lambretta 125 LD de Juan Pedro Olivares.

Se entregaron también el resto de premios del evento: el trofeo al participante más joven fue para Maialen Zubizarreta, con Ossa 125 “Palillos” y al participante más lejano para Jesús Melar (385 km), de Guadamur (Toledo) con Montesa Impala.

La última etapa (110 km), como siempre en el Nacional Pre-60 es algo más corta: la comida de despedida es a las 14 h. y hay que regresar a casa. Una etapa perfecta para las motos pequeñas, con un perfil de carreteras sin pendientes relevantes, Juanpe y Rafa ruedan hoy con la pequeña ISO 125 (ruedas de 12”) y la MV 125 Pullman (ruedas de 14”). Es la zona perfecta para comprobar cuál de las dos tiene mejores prestaciones. Definitivamente, la ISO tiene que aflojar, incapaz de seguir el fuerte ritmo de la MV 125 que alcanza velocidades punta de hasta ¡70 km/h!. Por el lado negativo, la Lube NSU 250 de Silvie, vuelve a las andadas: sufre un colapso repentino debido a la perdida de encendido y se nos va de las manos dándola por “difuntada” y sustituyéndola de nuevo por una de las Rieju de asistencia.

Así concluyó uno de los eventos más divertidos y entrañables del calendario de clásicas, que volverá en 2020 repitiendo algunos de los curiosos retos que nos proponen los chicos del Veterans Moto Club y seguro que con otros nuevos y diferentes, en una nueva edición por otros parajes nacionales, a buen seguro tan interesantes y atractivos para rodar con nuestras “ancianitas Pre-60”

Texto: Segundo Alonso, Daniel Navarro 

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