VIII Vuelta a España Veterans MotoClub-Royal Enfield
Una aventura mecánica, que, con el apoyo de Royal Enfield, ya se ha convertido en una de las pruebas más importantes del calendario de las clásicas.
La Vuelta a España no es un rally más. Es una prueba no competitiva que pone a prueba las mecánicas más veteranas y las capacidades técnicas de los pilotos: no es fácil hacer más de 1600 km en una semana, con motos construidas en los años 30 sin tener, alguna vez, que sacar las herramientas. Una forma, además, de comprobar, de primera mano, como era el motociclismo de nuestros abuelos, sus viajes y sus motos. Un evento del Veterans Moto Club de Villaviciosa de Odón que alcanza su octava edición, cada vez con mayor éxito. (así fue la pasada edición)
La Vuelta a España se reserva a motos nacionales anteriores al 70 y extranjeras anteriores al 60. En esta edición rodaban 44 participantes de cinco nacionalidades (España, Francia, Alemania, Bélgica y Holanda), saliendo desde las Mestas, en Cáceres, para hacer un bucle de 1.600 kmts repartidos en siete etapas. Este año se decidió hacer el trazado en esta forma de bucle de forma que se podía cambiar de moto en la cuarta etapa.
Comenzó el rally con una etapa hasta Belmonte, en Portugal y desde el primer momento este "Dakar de los Yayos", haciendo alusión a la edad de motos y de muchos de los participantes demuestra que hay que venir con motos muy bien revisadas. Una preciosa Guzzi 500 GTV del 40 da problemas de holguras en la espectacular horquilla de paralelogramo y en la suspensión trasera, ya que se ha montado sin comprobar debidamente casquillos y holguras. Pero puede solucionarse y la moto saldrá, al menos, al primer bucle, hasta la etapa 4. La Universal 600 del 51, una original bóxer fabricada en Suiza da un fallo eléctrico a pocos kilómetros de la salida. Poco Después, la Ariel 350 del 47 también problemas eléctricos, pero si la Universal era un cable que hacía mal contacto y se soluciona en la carretera, la Ariel rompe la cadena de la magneto, por lo que no se puede continuar: la organización, que cuenta con el apoyo de Royal Enfield, ha traído motos para sustituir las averiadas, así que se baja de la furgoneta de asistencia una preciosa (y nueva) HNTR 350.
Y, misterios de la mecánica, los fallos eléctricos parecen un virus en esta primera etapa: Una Sanglas 350/4 se queda sin carga; la Guzzi Nuovo Falcone 500 carga, pero no es suficiente lo que produce la dinamo y va descargando baterías. La Nimbus de nuestro amigo Pascal, la cuatro cilindros fabricada en los años 30 en Dinamarca y que el llama "La Sirenita", también falla la dinamo.
La segunda etapa terminará en Freixo De Espada a Cinta y el virus de los problemas de carga se extiende entre la Falcone 500 militar del 51 de la organización y una preciosa Triumph 650 de finales de los 50, que no carga por fallo en el rodamiento de la dinamo. Pero será una etapa con unos paisajes increíbles, pasando por la zona navegable del Duero. La tercera etapa es en la que se vuelve a las Mestas y en la que los problemas mecánicos parecen dar tregua.
El segundo bucle vuelve a salir de las Mestas, esta vez en dirección a Gredos. Algunos participantes, como estaba previsto, han cambiado de moto pero el día empieza con el desgraciado accidente de la MV Agusta 235: un despiste del piloto y acaba en la cuneta, gracias a Dios, sin graves consecuencias para el piloto pero si dolorido, por lo que decide abandonar. Algún problema menor en alguna de las participantes, en una etapa más marcada por la tristeza de pasar por bosques quemados en los incendios de la zona del año pasado. Pero entre las anécdotas de la etapa, la BMW R-12 de 1935 pincha, algo qué aunque en la época de la moto era casi habitual, hoy día parece hasta raro. El problema es que estas motos, por supuesto, con ruedas con cámara, necesitan desmontar la cubierta en la carretera para seguir. Y se hace. Con la mala suerte de pillar la cámara nueva ¡dos veces más! Resultado: tres cámaras y un piloto que llega ya de noche a Navarredonda de Gredos, donde termina esta etapa.
En la quinta etapa las cosas se complican. Iremos de Navarredonda a Navahermosa, pero un virus de los de verdad ataca al rally: casi la tercera parte de los participantes y acompañantes amanece con problemas de estómago por lo que acabaría siendo diagnosticado como rotavirus. Pero parece leve: nadie abandona, salvo el conductor de la fugo de asistencia, que continuará con otro. Pero, cosas de la casualidad, parece que eso de los pinchazos es también otro virus: la otra Universal 600 del rally amanece pinchada, por lo que antes de salir algunos participantes se quedan a echar una mano al piloto, que consigue reparar y salir. En Navahermosa, por la noche, se hace el ya tradicional "Examen". O más exactamente, la prueba de conocimientos históricos, que le vale el primer trofeo del evento a Álvaro Montelay, seguido por José María Zubizarreta y Joaquín García.
En la etapa seis vamos a EL Gordo, pasando, de buena mañana, la carretera -más bien pista- de los Alares a Anchuras, que algunos bautizan como “La Gymkana del bache”. Una zona en la que los participantes con moto rígida (sin suspensión trasera) deben tomárselo con calma. En El Gordo, al día siguiente empieza la última etapa, además, la más larga, con dos puertos importantes y encima la "Prueba de Regularidad" a primera hora de la mañana: un recorrido de unos pocos metros, que hay que hacer en exactamente un tiempo determinado. En este caso, en el propio parking del hotel, un recorrido de 34 segundos. Ni más ni menos. Y gana Joaquín García, con un tiempo de 33,97" seguido de Jesús Vieito y Román Arrizabalaga.
Puerto del Piornal y la BMW R27 se queda sin batería en lo alto de El Piornal. La asistencia le presta otra pero al cabo de 20 km se vuelve a quedar sin batería: parece ser que su R27 también ha sido afectada por el "virus de las dinamos" así que al remolque y baja del carro la Royal Enfield Super Meteor 650. En Jaraíz de la Vera es la Sanglas 350/4 que ya daba "guerra" la que también se contagia: a seguir a "batería perdida", con cable directo a la bobina para eliminar consumos. Pero esta etapa es demasiado larga para las ya nueve motos que llevan días rodando a batería perdida: hay que buscar baterías de repuesto entre los participantes y así logra llegar, casi por la noche, todo el mundo. Cena de despedida y entrega de trofeos donde además se dará el premio a la moto mas antigua, que corresponderá a Quintín Muelas por su BMW R12 de 1935 y a la moto más votada por los participantes, que en este caso será para Helmut y Sugar por su meritoria EMW R35 con sidecar (una BMW de Alemania Oriental, muy curiosa), que ha aguantado, contra todo pronóstico los más de 1600Km de esta VIII Vuelta a España.
Así fue y así terminó esta VIII Vuelta a España del Veterans MotoClub / Royal Enfield España, un rally que cada año despierta mayor interés y que sigue suponiendo todo un museo rodante con tintes de "raid" y que volverá el año que viene por otra zona de la península, aun por definir.