Espíritu del Jarama: historia y velocidad
Los vehículos aquí presentes son de la época en la que el trazado madrileño acogió pruebas de Fórmula Uno, las cuales comenzaron en el año 1966. Aquellos años son los más añorados por los aficionados a la competición, y no solo por el ruido que hacían los monoplazas, los diseños de los coches o la igualdad que se veía sobre la pista, sino por la cercanía que los seguidores tenían con los equipos y pilotos. Y esa cercanía la han vuelto a tener durante el Espíritu del Jarama. Se ha podido entrar en los boxes donde se preparaban los monoplazas antes y después de la carrera, han podido departir con los mecánicos y pilotos e incluso los niños se han podido montar en el monoplaza y echarse fotos dentro de ellos, toda una utopía en la Formula 1 de hoy en día.
En la carrera de la Historic Formula 1, el triunfo volvió a ser para Gregory Thornton con su Lotus 91/5, seguido de Michael Lyons con su Hesketh 308, un vehículo construido ocho años antes y con menos potencia, pero que pudo mantenerse cerca en las primeras vueltas, aunque la diferencias de mecánica y aerodinámica se hicieron patentes a mitad de carrera para que la victoria se decantara para Thornton. Y es que el motor V8 Ford Corsworth de unos 450 CV que incorpora el coche que aún mantiene los colores negro y dorado y la publicidad John Player Special, se terminarían notando.
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Espectáculo en el trazado, y en el paddock. Sobre la pista hubo un gran número de carreras organizadas, mezclándose la historia del automovilismo, con el FIA Masters Three Hours y el FIA Historic Sports Car Championship. El viaje al pasado se completó con una exposición de Seat con la que celebró el 50 aniversario del Seat 850, un modelo icónico en la historia de la firma española porque estaba llamado a suplir al 600 y convivió con este durante muchos años por el éxito de ambos; y de los 20 años de la denominación Cupra que designa los modelos más radicales de la firma y que inició su andadura como homenaje al primer triunfo de la marca en el mundial de rallys en categoría de dos litros.
Y no podemos olvidar a todos aquellos orgullosos de sus vehículos clásicos que convirtieron el parking en un museo rodante, algún coche cercano al siglo llegó hasta aquí, e incluso se animó a rodar en la pista una vez terminó la última carrera.
Fotos: Manu Lozano, Escudería Targa Iberia