Mi R8 y yo, unidos por el destino

Un día buscando, como de costumbre, ya que me tiré algún mes que otro, mi mujer dio con uno en Zaragoza, se veía bastante entero pero estaba dado de baja definitiva, por suerte antes del 2004. Quedamos en ir a buscarlo y un buen amigo, al que le tengo mucho que agradecer, me dejó su todoterreno y alquilé un remolque. Con toda nuestra ilusión, mi mujer y yo fuimos a por él. Habíamos visto fotos y tal pero cuando llegamos y vimos la chatarra nos quedamos a cuadros, ya estábamos allí, con el remolque, un viaje largo, y que no sé por qué pero ese coche tenía que ser para mí, nos lo teníamos que llevar sí o sí. En el camino para casa, mirando los papeles antiguos, cuál fue nuestra sorpresa, que la fecha de expedición del vehículo era ¡el día de mi cumpleaños! 19 de mayo del 71. Yo soy del 77, pero la casualidad fue tremenda. Y ahí empezó un largo camino y una aventura inolvidable.

He de decir, que cuando empecé no tenía mucha idea del tema, yo no soy mecánico, soy carpintero metálico, lo mío son los hierros y desde luego tenía un gran hierro delante con cientos de horas de cortar, soldar, parche aquí, parche allá… No tenía ni frontal, tuve que rehacerlo con mucha paciencia y hoy por hoy todavía alucino con que haya quedado así. Esto fue por febrero del 2015, y todavía no está del todo terminado por completo a mi gusto, tengo tantos proyectos para él... Pero funciona perfectamente, tiene papeles (esto ha sido apoteósico), y es mi sueño hecho realidad. Entre mi mujer y yo lo bautizamos, Willy Way, y ahora es nuestro Willy.

Y esta es la historia muy resumida, porque cada pieza, y cada parte del proceso ha sido una aventura para mí.

¡Un saludo compañeros!