Historia y restauración de Lambretta Li150 de 1961
La moto fue comprada en mayo de 1961 por Santiago Torres Alcazo (mi abuelo) y su hermano Antonio. En aquella época era habitual comprar un vehículo a nombre de dos personas, principalmente por motivos económicos.
El vehículo se compró para trabajar. En la comarca del Cinca Medio, en Monzón (Huesca), tenían un taller dedicado a la reparación de maquinaria. Con esta moto transportaban la caja de herramientas en la parte de atrás y acudían a donde fuese necesario, para reparaciones o para labores comerciales.
Viaje Monzón – Barcelona (230 Km)
Mi tío, que por aquel entonces tenía 12 años, aun se acuerda de su primer viaje en esta moto. Fue de Monzón a Barcelona acompañando a su tío. Así pues, salieron los dos, les cogió una gran tormenta y fueron todo el viaje empapados. Con la mala suerte que la bujía también les hizo la perla en varias ocasiones (la perla: cuando entre el electrodo de masa y el central se crea una masa carbonilla que impide la chispa, con el fallo inminente del motor), obligando a parar y tener que desmontar la bujía para limpiarla. En esa época era frecuente por la calidad de los aceites, solían poner un SAE40 de coche diluido con la gasolina. La mezcla se hacía a ojo, con la consecuencia habitual de este fallo.
Viaje Monzón – Sabiñánigo (120Km, puertos de montaña, Pirineo oscense)
En este caso, el hermano de mi abuelo realizaba muchos viajes a Sabiñánigo para ver a sus suegros. Es increíble cómo te cuentan estas historias y no puedes dejar de pensar cómo podía ser.
Viajaban en una moto toda la familia, el conductor, su mujer en el segundo asiento, su hijo entre los dos asientos, el perro en el reposapiés delantero y por supuesto alguna bolsa que llevaban en la rueda de atrás. Así viajaban por aquel entonces muchos fines de semana para ver a los suegros.
En el 70, pasó a manos de mi padre. En ese momento el color amarillo estaba de moda y la pintó entera de ese color. Le tocó hacer la mili en Barcelona y fue ahí donde se la llevó. Me consta que hizo muchos viajes de Monzón - Barcelona.
Mi padre estaba trabajando en la Moulinex de Barcelona, oficinas centrales en las fechas de 1974. La usaba para desplazarse por Barcelona, como segundo vehículo. En aquella época conducía un R5 y residía en la residencia militar en la Diagonal.
Conoció a mi madre en 1977 y con esta moto se desplazaban por la ciudad. Volvió a Monzón en el año 1979, donde la moto realizó su último viaje de Monzón a Barcelona.
En 1980 la moto la guardó en el garaje de su padre y no volvió a circular hasta que, en 2003, la trajo a casa para restaurarla. Le hacía mucha ilusión volver a circular con ella.
Así paso a mis manos, como se puede ver en las fotos en un estado lamentable y con 66.000 kms en el marcador. Cuando la trajo mi padre a casa, jamás pensé que me embarcaría en semejante proyecto.
En el año 2004 y con tan solo 16 años, comencé a desmontarla y a catalogar las piezas. Comencé a lijarla a mano, hasta que por circunstancias de la vida tuve que guardarla en cajas.
En el 2014 empecé a sacar las cajas donde se encontraban muchas piezas de la moto y fue así como a finales de agosto de 2014 la moto quedo terminada y restaurada. La arrancaba y la usaba algunas tardes de verano, hasta que en 2016 me saqué el carnet de moto y pasé la ITV sin ningún problema.
Y así una moto paso de padres a hijos durante una tercera generación, esperemos que no sea la última.
Proceso de restauración:
La moto se desmontó por completo quitando hasta el último de los tornillos y remaches. Se hizo un listado de las piezas que estaban totalmente inservibles y había que sustituir por unas nuevas. Estas piezas son de calidad “casa Lambretta”.
En la chapa se realizó un intenso trabajo para desdoblar los bordes de los reposapiés y los bollos del guardabarros. Lo realizó un chapista de los de martillo y cincel, aparte de muchísima paciencia.
Como de la pintura original no quedaba nada, me decanté por un color moderno y metalizado.
Este color se usa mucho en aerografía, tiene una capa de fondo dorado y un rojo cereza. La tonalidad a la sombra pasa a ser un vino tinto y a la luz del sol un color cereza intenso. En los cofanos y reposapiés se puso anti gravilla, un detalle que antes no llevaba.
Muchos amantes de este mundo del vehículo opinarán que la moto tendría que estar pintada con su color original, que así pierde valor. En mi opinión, la pintura es un detalle que puedes cambiarlo cuando quieras (si del original no queda ni rastro como es el caso). Lo importante es que se recuperaron todas las piezas de la carrocería con las que salió de fábrica.
En cuanto a la mecánica, se desmontó el motor y se verificaron todos sus elementos, sobre todo el pistón y el cilindro de 150cc. Se pulió el conjunto de la caja de cambios que es de aluminio y se barnizó. Originalmente, los motores estaban pintados del color de la moto. En este caso se decidió este proceso por pura estética; con la ventaja que facilita su limpieza.
Tuve la gran suerte de que muchos de sus elementos estaban en muy buenas condiciones: el piñón, la corona, los engranajes del cambio, el cigüeñal, la biela, el cilindro, el pistón, etc. No habían sufrido grandes desgastes. Ya en su día, sé de buena tinta que se cambio el pistón, el piñón y la corona, en el año 1975. Fue en el año 1979 cuando la moto se dejó en un garaje y no volvió a usarse. Cambiamos los rodamientos, retenes, juntas, el tensor de la cadena y juntas tóricas.
El carburador, un Dellorto de cubeta redonda MA-19-BS7, se ponían en las primeras series de 1961, en el 1962 pasaron al Dellorto SH/18. Hay una enorme diferencia entre estos dos carburadores, pero primaba dejar una mecánica de origen. Conseguí un kit de reparación de ese carburador y lo desmontamos por completo, cambiando todos los elementos desgastados y en mal estado.
Así pues, una vez estaba todo colocado y listo hicimos una prueba de arranque dando unos resultados increíbles. Su mecánica original y de serie volvía a deleitarnos con un sonido espectacular. Debía ser como volver a los años 60, yo no lo sé, soy del 88. La gente mayor y joven no podía evitar a pararse a escuchar los golpes de pistón a ralentí.
Una vez tuvimos la pintura y la mecánica lista, venia algo mucho más tedioso y complicado, el montaje de todos sus elementos. Nos hicimos con una Lambretta que estaba montada y así no perdernos ningún detalle, sería como el manual de despiece, pero en 3D. No escatimé en detalles, el cableado se pasó por un tubo cromado y flexible para protegerlo, la tornillería pasante y que soporta la carrocería en inoxidable, tuercas ciegas, etc. Las ruedas son de cámara como eran en la época, nada moderno ni tubeless.
Luego le di unos toques para personalizarla, siempre con elementos que se puedan desmontar y sin modificar nada de su estructura. Unos puños en acero inoxidable (originalmente de goma), los raíles del reposapiés en acero inoxidable (originalmente de goma), las llantas cromadas (originalmente del color de la pintura), los asientos pintados en pintura anti calórica.
Elementos no originales del vehículo: Escape original estaba roto (sustituido por uno nuevo de serie), cerquillo del faro (sustituido por uno cromado), llantas originales inservibles (sustituidas por unas cromadas) y botonera de luces y claxon inservible (sustituida por una original de una moto donante).
Explicado esto, es muy satisfactorio poder disponer de un vehículo tan emblemático que conserva en su gran mayoría los elementos de fábrica, un detalle muy importante para los amantes de los clásicos.
Especificaciones técnicas:
- 150cc
- Carburador dellorto MA-19-BS7
- Sistema por platinos, sin batería. 6 Voltios
- 4 velocidades
- Velocidad máxima: 80Km/h (gps)
- Velocidad de crucero 1/2 gas: 65Km/h (gps)
- Consumo promedio 1500km (ciudad, carreteras secundarias y puertos de montaña): 3´33L/100Km
Santiago Torres Escutia