VII Vuelta a España en Motos Clásicas: el Dakar de los Yayos

Y concluida con éxito tras más de 2.000km en siete etapas con motos desde los años 30 y pilotos desde los 50 a más de 80 años. Tras dos años en blanco la Vuelta a España ha regresado a esas carreteras comarcales y secundarias, a los preciosos paisajes que, en algunos casos, resultan duros para motos que es más fácil encontrar en los museos que en esas carreteras. Cada año este rally no competitivo se centró en una zona de la península: este año tocaba Cuenca, Valencia, Alicante y parte de Aragón.

Como siempre, se admitían motocicletas nacionales anteriores al 70 y extranjeras anteriores al 60. Este año destacaban joyas como una espectacular Zundapp K800 tetracilíndrica bóxer, BMW R12, con cambio en "H" por palanca , DKW NZ 250 de dos tiempos, una preciosa "sport" Velocette Venom 500 o una rápida Terrot 500 RGST mono, entre otras. Y entre las nacionales, las duras Sanglas 350 y 400, varias Impalas 175, Lambretta LI e, incluso, una pequeña Bultaco Mercurio 155, que, por supuesto, terminó sin incidentes.

La primera etapa eran 280 kilómetros desde Cuenca a Ayna, con un paisaje espectacular. En Alarcón, esa Lambretta LI de los Vieito se para por un problema eléctrico. Pero gracias a Royal Enfield España se ha previsto en la asistencia motos de sustitución, así que Lambretta al carro y sus propietarios y "estrenan" la Royal Enfield Classic 350 que no desentona rodando con las "yayas". Se reparará cuando lleguen las piezas, dos días después y terminara el recorrido como si hubiese ocurrido nada.

La segunda etapa termina en Jumilla, con las temperaturas subiendo. Un problema de carga eléctrica en la Sanglas 350 de Alfredo Alonso y el mismo en la más moderna 400 de Tomás Lazcano demuestran que las dinamo de la marca son algo crítico. De Jumilla a Alcoy es la Terrot de nuestro compañero Herminio Sánchez la que falla: campana del carburador partida. Y en una de esas jornadas épicas de este club, los "servicios técnicos" del club construyen una campana de carburador a base de radial, soldadura y...el mango de una pala metálica. Por supuesto, terminó el rally con esa campana.

En la etapa de Chiva, en el parking del hotel antes de la salida, prueba de regularidad: un paseo de unos 300 metros donde se trata de acercarse lo más posible al tiempo marcado por la organización: si hay que hacer 30 segundos, gana el que más se acerque a ese tiempo exacto, por arriba o por abajo. No es una prueba de velocidad ni de habilidad sobre la moto. Ganará Javier López Polín, con BMW R50/2, seguido de Jose Mari Zubizarreta con BSA 650 y en tercer lugar Clo Lei con BMW R60/2

De Chiva a Morella y de Morella a Nuévalos. Esta etapa será recordada sobre todo por los participantes que van con motos de tren trasero rígido: sin suspensión atrás el asfalto roto que encontramos es un engorro, y toda una prueba de fiabilidad para esas motos. Y la última etapa, desde Nuévalos a Cuenca calor y más de esas carreras rotas de los dos últimos días, demuestran ha sido un rally duro, pero bien superado, con pocas incidencias. Por la noche, que otra de las pruebas clásicas: la de conocimientos históricos: un test con veinte preguntas que valdrá un trofeo a los tres que más acierten. Serán José Mari Zubizarreta, segundo Joaquín García y tercero será José Luis Barandica. Y en esa entrega de trofeos se dan también los correspondientes a la moto más antigua nacional, la Sanglas 350/4 de Alfredo Alonso segunda serie, de 1960 y mas antigua extranjera: Zundapp K800, de 1935 de Joaquín García.

La Vuelta España ha acabado así su séptima edición. Uno de los rallys de clásicas más originales y divertidos del panorama actual en el mundillo de las clásicas, reforzando esa sensación de pequeña aventura de una semana, a la que cada día se acerca más gente. Y el Veterans Moto Club de Villaviciosa de Odón ya trabaja en su siguiente evento: el Nacional Pre-60: sólo para motos españolas anteriores a 1960, en tres días, este año por las Hurdes.

Texto: Veterans Moto Club Villaviciosa de Odón